Jueves, 28 de Marzo 2024
Viernes, 09 de Enero del 2015

"Me crié con el tenis"

<p>Conocé la historia de Gachi Naretto, una funense que le dedicó su vida a la raqueta.</p>

Foto: Vanesa Fresno-InfoFunes

No exageramos si decimos que la vida de Gachi Naretto pasó siempre por una pelotita afelpada amarilla. Esta funense dedicó toda su vida al tenis. Ya de chiquita, metiéndose de prepo en las naranjas canchas del Club Funes. De adolescente, compitiendo en infinidad de torneos locales, regionales y nacionales- y ganando varios de ellos-, y luego jugando y dando clases en un periplo internacional que la llevó por la Guyana Francesa y por Francia. 

Desde hace ocho años está nuevamente en su ciudad natal, dando clases y con “ganas de proyectar el tenis en Funes”. En una tarde de enero, Gachi nos abrió las puertas de su casa, repleta de trofeos, pero también las puertas de su memoria, para contarnos su vida.

¿Cómo empezaste con el tenis?
Mis papas jugaban en el Club Funes y yo, ya de chiquita, me metía en la cancha, me gustaba. Toda mi carrera la hice en el CAF, empezamos a jugar torneos, me empecé a anotar en los torneos oficiales de Rosario. En la categoría menores de 10 años, mi primera categoría, yo era segunda o tercera. Luego, ya en mi segundo año, fui siempre primera. Y hasta los 18 años siempre fue un año segunda o tercera, y al año siguiente se iban las dos o tres mejores y yo quedaba primera. Eso me permitía viajar a los torneos nacionales, en mi adolescencia jugué seis por año. Viajaba por el país a los torneos, que eran bastante más difíciles y en esos llegué a estar décima en la Argentina. Después jugué interclubes para el Banco Nación tres años, ahí jugas con todos los clubes de Buenos Aires, y también fui dos veces campeona nacional de tenis criollo.

¿Y cómo reaccionaba tu familia ante tu carrera?
Mis viejos siempre me apoyaron, mi viejo me llevaba, era fanático. Si él tenía que irse a la punta de Rosario, me llevaba. Me acompañaba a todos los torneos, a todos los clubes. Así era cansador también, porque si perdía era brava la vuelta. Mi hermana era más técnica, pero no le gustaba, no tenía esas ganas que yo sí tenía.

¿Cómo siguió tu vida?
A los 29 decidimos con mi pareja irnos afuera para mejorar nuestra situación económica, y elegimos irnos a la Guyana Francesa. Allá me empecé a meter en el tenis, trabajaba de profesora, primero en Cayena, la capital, y luego en Kourou. Ahí nacieron mis hijos. Y siempre trabajé en el tenis, dando clases.

¿Qué diferencia encontraste en el tenis de allá y el nuestro?
Al ser un departamento de Francia, venían profesores todos los años a dar clases, yo tenía seis cursos por año de perfeccionamiento. Si bien yo teóricamente sabía de tenis, ya que hice un año del profesorado, allá son más organizados, todo por pasos, todo bien regulado. Me formó mucho, me enseñó cosas técnicas que yo no sabía, daba clases en los clubes. Hacen el club Junior, que son grupos de chicos muy bien organizados donde se los entrena, se les enseña, se los perfecciona. Se trabaja de otra manera, la Federación Francesa va a cada club, elige a los mejores y los entrena. Es muy diferente a acá, que sos vos solo. Si allá tenés posibilidades y condiciones, llegás.

¿Y allá competías?
En Guyana jugué varios interclubes. Mi hija también competía y llegó a ser uno a los diez años. Luego nos mudamos tres años a Francia, donde seguí jugando, jugué para un club de una ciudad muy chiquita, donde logramos el ascenso a primera. Fue muy lindo
Otra cosa que hacía era ir a ciudades a 5 o 10 km que organizaban torneos, me anotas, y jugaba por cien euros al llegar a semifinal, por ejemplo. Uno no jugaba por el premio, jugaba por jugar. Te llevabas un ramo, la copa, una remera, cosas así.
Jugué hasta el último fin de semana, un torneo interclubes de singles. En Francia se elige a la mejor singlista de cada provincia, de cada categoría (hay de hasta ochenta años) y van a Roland Garros, te da otra importancia. Ese era el único torneo que yo no podía jugar por no ser francesa.

¿Y la vuelta cómo fue?
Me volví a Funes hará ocho años. Comencé a dar clases en lugares privados, luego empecé a dar clases aquí en Funes. Ahora tenemos ganas de proyectar el tenis en Funes, organizar encuentros entre los de aquí, que sea menos costoso. Hacer un ranking, motivar a los chicos. Porque si no, sucede que el nene juega lindo pero todavía no está para competir. Es una idea que tenemos los profes de acá, que vamos a ver de llevar a cabo.
Es un deporte muy lindo, pero es muy solitario. Intentaremos dar un paso intermedio entre los torneos y la escuelita, dar posibilidades de armar a los chicos, de enseñarles, que lleguen más armados.
Otra cosa que me gustaría es dar tenis en escuelas, una clase de tenis en escuelas públicas, o para chicos discapacitados, como a lo que se dedicó Batata Clerc. Me gustaría usar al tenis para ayudar.

¿Cuáles fueron tus referentes?
Mi referente era (Guillermo) Vilas. En esa época el deporte no era tan popular, no se sabía del tenis mundial. A Guillermo lo vi en la final de la Copa Davis 79, luego en una clínica que dio para las escuelitas rosarinas. También teníamos los referentes que vivíamos en los nacionales: (José Luis) Clerc, (Fernando) Dalla Fontana, (Alejandro) Cerúndolo, (Claudia) Casabianca, Ivana Madruga.
Y hoy en día, me gusta (Novak) Djokovic, que es muy talentoso pero muy humano. (Rafa) Nadal me gusta, pero es muy robot. Y (Roger) Federer, que es talento, elegancia, caballerosidad.

¿Cuál fue tu logro más importante?
Torneos que he ganado en Rosario, partidos contra Ivana Madruga, contra Casabianca. Semifinales en los Nacionales. Pasa que lo que me faltaba en esa época, lo logré después con la escuela francesa.
Todo lo que me dio el tenis fue tan lindo, que me dio todo. Como dice (el periodista argentino Guillermo) Salatino, yo mamé todo del tenis. Me crié con el tenis.