Jueves, 25 de Abril 2024
Viernes, 31 de Agosto del 2018

Brisa y Paz: Un vínculo que se hace fuerte en las cosas más simples de la vida

<p>Luego de un proceso que duró un año, la niña funense recibió su perro de asistencia. Cómo es el día a día entre ambas.</p>

 

Brisa tiene 9 años y padece atrofia muscular espinal, a mediados de julio le asignaron un perro de servicio desde el programa Huellas de Esperanza, dependiente del Servicio Penitenciario Federal de Ezeiza, para acompañarla y mejorar su calidad de vida. La pequeña funense se mueve por las calles de Funes junto a Paz, su perra de apoyo y gran compañera.

 

Paz llegó a la vida de Brisa luego de un proceso que duró un año. Sebastián Vanzini, papá de la nena, había visto en varias partes del mundo que había perros que asistían a personas con discapacidad motriz como su hija y comenzó a buscar en el país. Paz es una de los dos perros que actualmente asisten a algún santafesino con discapacidad. Y Brisa es, a su vez, la usuaria más joven en ser asistida por un perro en el país.

 

El proceso de generación de ese “binomio” que conforman la pequeña y su labradora fue riguroso, con reuniones donde se conocían las necesidades de Brisa y la vida de la familia. Recién seis meses después le dieron el ok, “porque Brisa es el usuario más joven que tienen, entonces tenían dudas. Era joven para tener una responsabilidad de entrenar a un perro”, contó Sebastián.

 

Desde que llegó a su vida, los cambios fueron todos positivos: “La ayuda, y de alguna manera a todos. Primero están las cosas por así llamarlas, fáciles. Cuando se le caen las cosas la perra está atenta y le levanta los objetos. Llevarle cosas que necesita, abrirle alguna puerta, cerrar un cajón, abrir la heladera, apagar y prender la luz. La perra ya estaba entrenada para hacer todas esas cosas (contaba hasta conocer a Brisa con 35 acciones entrenadas), pero después está el entrenamiento que Brisa siguió haciendo con cosas que también eran necesarias. Por ejemplo, por su altura, cuando Paz se le ponía delante para buscar su recompensa, su cara quedaba muy alta y ella tenía que levantar los brazos, entonces le enseñó una palabra que se llama mentón: con esa orden ella apoya la cara, apoyada sobre sus rodillas, así puede llegar sin problema a acariciarla básicamente, o a darle el premio”, explica.

 

Paz es entonces un claro apoyo para la pequeña. A quien acompaña durante el día en todas sus actividades: Además de ayudarla a sacarse los guantes, a sacar una campera, o una manga, va a inglés con ella, a un instituto sobre calle Fuerza Aérea, y a clases de catequesis. Sus compañeros ya saben cómo deben comportarse, saben que no deben distraerla salvo que previamente Brisa la autorice, porque “solamente Brisa lo hace, a nadie más le da bola, como corresponde”.

 

Programa Huellas

Huellas es un programa como el que hay cientos en el mundo, lo creó una monja con el nombre Prision Dog. Lo que se hizo es tratar, a partir del afecto que da un animal, “rescatar a los reclusos que se encuentran cumpliendo una condena. La primera parte del programa es esencialmente eso, y como consecuencia sale el entrenamiento de un perro de servicio para una persona con discapacidad, pero lo primero es esto”, destaca la familia, que valora no sólo la ayuda que ofrece la perra a su hija, sino todo lo que ha hecho el animal en sus cinco años de vida.

 

Pero además de haber generado tanto en su joven vida, y desde hace un tiempo también ser una ayuda para la pequeña, Paz ha colaborado con algo mucho más difícil de ponderar, pero tan tan importante: reforzar su autoestima.

 

“Cualquier persona con discapacidad se siente como que toda la sociedad de alguna manera tiene que asistirla. Entonces es la primera vez que Brisa tiene algo bajo su responsabilidad, y eso es muy fuerte. Más allá de esas cosas que hace, que la ayuda en acciones, lo que más genera es una independencia de Brisa, es un compañero que le da seguridad”, explica su papá y agrega: “A lo mejor antes ella no se iba a algún lado sola, ahora con la compañía de Brisa se siente de otra manera. Una persona que tiene una discapacidad, tiene una ausencia de algo, hoy de alguna manera Brisa es admirada, ya no más por lo que no tiene, sino por lo que le sobra, y parte de eso es Paz”.