Viernes, 19 de Abril 2024
Lunes, 28 de Mayo del 2018

“Parezco una vieja loca, pero es una promesa”: Cumplió 80 y se le animó a un tatuaje

<p>A Tita le diagnosticaron un cáncer de boca y se prometió que se tatuaba una imagen del Sagrado Corazón de Jesús si se recuperaba.</p>

 

Tita Luna es una vecina de la ciudad, que a sus 80 años, se animó a llevar en su piel un tatuaje a todo color, que es también una promesa. Hace pocos días sacó un turno con la destacada tatuadora local Gisel Ippóliti, quien desplegó en el antebrazo de Tita todo el arte que tan bien le sale. El pedido: una imagen del corazón de Jesús.

 

Detrás del curioso diseño de la señora hay una historia de fe: “Parezco una vieja loca, pero es una promesa”, aclara Elsa “Tita” Luna entre risas. Hace un año le diagnosticaron un cáncer de boca, luego de meses sin saber qué le sucedía. “Empecé con un dolor en la encía, yo que nunca tuve ni una carie. En noviembre me operaron, fue una cirugía grande, que me tuvo algunos días en terapia, pero Dios me puso la mano encima y fui valiente”, contó.

 

El tatuaje fue entonces la promesa cumplida: “El día que fui al turno con el médico que me iba a operar, lo único que deseaba es que fuera un doctor amable, con el que pueda hablar. En la sala de espera había una señora con tatuajes que me contó que ella ya era su paciente, y que seguro me iba a atender muy bien como a ella”, explica Tita cómo es que surgió en ella el deseo de tatuarse en la sala de espera del doctor Rastelli. “Ahí le dije a mi amiga que me acompañaba, si sale todo bien me tatúo el corazón de Jesús”.

 

Tita contó que no le dolió, que “con el sufrimiento que tuve en la boca lo del tatuaje no fue nada” y que “la chica que me lo hizo es un amor” y que le dijo que se portó muy bien. Ella, que es muy creyente, está “contenta por haber cumplido la promesa, tranquila y en paz”, y entiende que pueda parecer raro, pero que “es parte de agradecerle a Dios por la vida, a la que defiendo siempre”.

 

“Cuando me dijeron de la enfermedad nunca estuve bajoneada porque yo agradezco la vida y la gente que me rodea, mi familia, mis vecinos”, destaca Tita y recuerda: “Cuando vi a esa señora, me dio tranquilidad y encima se ve que me escuchó cuando comenté que si salía bien me tatuaba, cuando me despedí me dijo ´no se olvide de la promesa´ así que no me iba a olvidar, por eso estoy contenta”, explicó Tita, quien concretó lo prometido con un dibujo a todo color, al que en poco tiempo le piensa agregar una frase: En Dios confío.