“La 1061 es una de las escuelas más lindas de la provincia”

“Una de las escuelas más lindas de la provincia”, el nuevo edificio de la 1061, tuvo su presentación formal ayer jueves. Así la definió el gobernador Miguel Lifschitz, que presidió el acto y estuvo acompañado de la ministra de Educación Claudia Balagué, el intendente Diego León Barreto, más autoridades de la escuela, concejales y, los más importantes, los chicos y chicas del establecimiento primario.

La escuela, que ya comenzó su ciclo lectivo el mes pasado, viene a zanjar una deuda pendiente para la zona oeste. El viejo edificio de la 1061 estaba dañado y había quedado pequeño en los últimos años. Por ese motivo, las muestras de agradecimiento y alegría de las flamantes directivas eran mayúsculas.

Ana María Montes es la directora y dio un discurso tan cargado de emotividad como de contenido político. Ponderó la educación pública de calidad y habló de “garantizar deudas y defender igualdades”.  Defendió el “nuevo territorio” y llamó a “crear vínculos” y “construir proyectos” porque la escuela – según ella – “cambia a quienes en el futuro podrán cambiar el mundo”. “La escuela nos transforma, nos moviliza, deja huellas”, cerró bajo un coro de efusivos aplausos.

Luego discurseó el secretario general del Ministerio del Interior, Mauricio Colello, el único representante del gobierno nacional que asistió al acto. Recitó de memoria,  habló en términos muy pobres. Dijo que la obra era “el resultado de un esfuerzo importante”, del trío de estados “tirando para el mismo lado con una misma remera, la de la Argentina”. De manual, le pegó al kirchnerismo porque, a su entender, se terminaron las “viejas historias” en las cuales las obras “empezaban y nunca terminan”. Dijo que el macrismo apela a un “control de calidad de la política educativa” y se imaginó a los chicos en las aulas “peleándose por Newell´s o Central”.

León Barreto, más sólido que su copartidario, destacó que “cuando se dejan de lado mezquindades políticas y se trabaja en conjunto, podemos lograr grandes cosas”. El intendente dijo que estas acciones “invitan a pensar en el futuro” y, por otro lado, a “poder seguir ofreciendo educación integradora y de calidad”.

“Me gustaría volver a tener 10 años solamente para venir a esta escuela”, arrancó un Lifschitz entusiasmado. El gobernador ponderó con sumo detalle distintos aspectos de la escuela. “Tiene un patio fantástico, con árboles que ya estaban en el predio, ya crecidos, un hermoso SUM, aulas amplias, iluminadas, como debe ser una escuela de primera para estos chicos que son el futuro de Funes”, celebró. Se quedó casi dos horas en el establecimiento y accedió, por pedido de las docentes, a recorrer cada rincón.

“Estamos construyendo futuro con la educación. Ninguna otra política, ni la seguridad, ni la economía, tiene tanto impacto como la educación. Allí invertimos en un capital futuro”, afirmó el mandatario, quien a la vez reconoció  la “demanda permanente de nuevos edificios escolares” en toda la provincia. Pero particularmente en Funes, “porque crece la población, por muchas familias que se van radicando aquí en las nuevas urbanizaciones”.

El acto continuó con una hermosa versión a capela de los alumnos de la escuela. Hubo selfie posterior y una pasada lenta y sin apuro por el enorme patio. A unos metros, dentro del mismo predio, no descansaban los obreros que levantan el comedor de la escuela. El nuevo paso para que un establecimiento completo, como los chicos merecen.