“El ajedrez desarrolla el respeto por las ideas del otro”

A los ocho años de edad, Maximiliano Grego comenzó a aprender a jugar al ajedrez en la Casa de la Cultura y hoy, 14 años después, es el docente a cargo de Taller de ajedrez en dicho lugar. Ha competido a nivel nacional e internacional y fue campeón rosarino en su momento. Hoy en día, sólo se relaciona con este deporte en el taller.

¿Cómo funciona el taller?
Hay distintos niveles: para aquellos que ya tienen conocimiento sobre ajedrez tienen el horario de los martes y jueves de 19 a 20, mientras que los que están en el nivel inicial, que no saben o saben poco, pueden venir a las clases de 18 a 19. La edad no tiene nada que ver, pueden venir chicos de 5 años, o una persona de 45 que no sabe nada a aprender en el horario de las 18. Es totalmente gratuito, y lo financia la Municipalidad.

¿Cómo hace para explicarles a los chicos?
Por empezar, hay que tener paciencia. Primero porque aquellos que tienen entre 5 y 10 años buscan más la actividad, y como esto es un juego de mesa hay que incorporar la idea de que se necesita estar sentado frente a un rival. Les vas explicando los movimientos de las piezas lentamente, empezando con los peones que son los más simples, y así sucesivamente, de a una pieza por vez. Si le enseñas todos los movimientos de una, el chico se alborota, porque no es fácil acordarse todas las reglas y es muy posible que se las olvide. Una vez que se aprenden los movimientos de todas las piezas, comienza otro nivel de dificultad: aprender el jaque, jaque mate, dominar el centro, la defensa, los finales, las aperturas.

¿Cuándo comenzó a dar clases?
A los 17 años tuve mi primera experiencia en la docencia, cuando el profesor que estaba en ese momento, quien venía de Rosario, no iba a viajar más hacia Funes para enseñar. La docencia es algo que vas aprendiendo día a día, vas encontrando cuáles son los modos más apropiados para enseñarles a los chicos. Comencé con un solo alumno y ahora vienen cerca de 20 chicos al taller.

¿Hay torneos a nivel local?
En la ciudad en Funes aún no hay un torneo propio. Recientemente comenzamos a trabajar con la escuela Nº 125. Posiblemente más adelante se realice algún torneo básico para que los chicos vean cómo es competir.

¿Cuáles considera que son los beneficios de aprender a jugar al ajedrez?
Primero que nada, la memoria, porque ayuda mucho a prevenir el Alzheimer. También ayuda a desarrollar la anticipación de la jugada, que sirve para pensar a futuro, cómo puede continuar la partida y cómo va a actuar el rival. Eso es algo que se puede aplicar a la vida.

¿Qué opina sobre que se incluya el ajedrez en la educación formal?
Me parece buen bueno. El ajedrez inculca un montón de herramientas que sirven para otras materias curriculares como, por ejemplo, la matemática, porque se maneja mucho el cálculo con la mente. Además, refuerza el respeto por el docente y por el rival. Para poder entenderlo tenés que entender el ejercicio y pensar lo que el docente pregunta para poder dar una respuesta.

Además del respeto por el otro, ¿qué otro valor se desarrolla?
El respeto por las ideas del otro: se requiere tolerancia y entender que el otro es distinto y piensa de forma distinta a la que uno lo ve. Además, se desarrolla mucho la autocrítica, que creo que en  ningún otro deporte se ve. Si uno pierde, es por culpa de uno mismo; no es del contrincante ni de un árbitro. Es un deporte individual, estás solo frente al tablero y las decisiones son propias: “Yo muevo esto y me responsabilizo por las decisiones que tomo”. En definitiva, el ajedrez tiene muchos beneficios. Se dice que el ajedrez es difícil, pero se piensa así porque no se lo propone. Si uno no se propone algo, todo sería difícil. Hay que aprenderlo como un juego más.