Viernes, 29 de Marzo 2024
Domingo, 16 de Diciembre del 2012

Farwest

Farwest
Funes, la ciudad que se sabe el Jardín de la Provincia y como tal te espera con un aire distinto, limpio, verdadero, purificado por sus miles de árboles, perfumado de jazmines y lapachos en flor.

Que está lejos del ruido, pero a la vez cerca de todo, dónde ir al centro sigue siendo ir al pueblo, como si todavía siguiera siendo un archipiélago de casas de fin de semana, aunque hoy está integrada en un todo y son casas de semana entera.

Donde el parrillero lejos de ser un adorno, es la parte más usada de la casa, ya no trabaja solo el fin de semana, ahora es full time.

Por sus calles de tierra ya no pasa un auto cada tanto, pasan muy seguido, y a las calles se les nota que están cansadas, que su existir no sigue siendo el de antes.

La laguna de los patos simplemente ya no es más, y los patos volaron, hoy hay calles y casas, pero cada tanto se acuerda que era una laguna y nos hace acordar que algo cambió.

Funes ya no es más la que era, y no lo volverá a ser por más que el más entusiasta y esperanzado funense de nacimiento lo desee con toda su alma. Es cada vez mes difícil andar en bicicleta, mucho más que los chicos anden en bicicleta en la calle.

Es como la vida, chicos chicos problemas chicos, cuando crecen, los problemas también crecen. Ya no se resuelven en el asado del domingo, ni hablando en la puerta de la casa del funcionario de turno, porque ya no te escucha, ahora se necesitan cartas documento.

Ya no alcanza con que las leyes sean las tácitas que todos sabían, eran las leyes del pueblo, las más fuertes, las no escritas, las del respeto mutuo, esas que decían que era lo que se podía hacer y lo que no, hoy es necesario que estén escritas, y aun así le buscamos las vuelta para no cumplirlas.

El campo ya no tiene más choclos para que los chicos vayan a buscar en una aventura excitante, ahora es un emprendimiento inmobiliario que debe hacer tal o cual obra que hace crecer (¿crecer?) a la ciudad.

Funes cambió, no hay vuelta atrás. Ahora esa ciudad que muchos quieren desde la cuna y otros estamos aprendiendo a quererla está esperando que nos adaptemos al mismo y minimicemos sus consecuencias.

Las cosas ya no se arreglan fácilmente y todos confían en esa solución; hay muchos ojos ahora, entonces se arreglan bien en secreto a puertas cerradas en una oficina. Muchos que están interesados en participar de ese cambio e intentan ayudar a que sea de la mejor manera, esperan un cambio solidario, inclusivo, participativo y sobre todo legal y ético, pero no son escuchados.

Creo que la billetera está conduciendo el cambio más mal que bien. El ritmo cansino de leyes no escritas que seguía el pueblo al oeste de Rosario, está transformándose en la ciudad de la ley de la selva, en el Farwest, donde pocos se están beneficiando mucho y muchos estamos pagando muy caro el beneficio de esos pocos.

Hernán Sánchez
DNI 21.962.923